Sabemos qué es una receta, qué es una cuchara, pero ¿quién es la abuela que está detrás de todas las recetas de cuchara? Es todas y ninguna, es abuela de todos los tiempos que atesora una cultura culinaria forjada a fuego lento gracias a la transmisión de generación en generación. 

Una cocina, por tanto, con sabor añejo, hecha con productos tradicionales que se pueden encontrar sin problemas y cuyas recetas sientan muy bien en cuanto el invierno hace su entrada. Veamos algunas de las recetas de cuchara de la abuela más apetitosas. 

 

Recetas de cuchara básicas

 

Aquí van tres que no deben faltar en ninguna mesa española:

  • Sopa castellana. Rivaliza junto a la sopa de ajo (que no son exactamente lo mismo) en cuanto a defensores. Un plato de cuchara que se debe disfrutar en un cuenco de barro, también conocido como lebrillo, y a poder ser con un vino que acompañe. No hace falta que sea un Reserva del 2002, un buen tinto joven acompaña que da gusto esta receta que se compone, sobre todo, de ajo, huevos, pan, jamón serrano, pimentón y aceite de oliva.

  • Sopa de ajo. Muy parecida a la sopa castellana, difiere de ella en que no lleva el huevo, y se caracteriza más por el fuerte sabor a ajo, mitigado ligeramente por la masa de pan blando. También incorpora pimentón, marca España, y uno de nuestros platos de cuchara más básicos pero también más queridos y nutritivos, gracias a las propiedades del ajo que la conforma.

  • Sopa de cebolla. Otro clásico de cuchara que, a diferencia de los dos anteriores, es muy típica de Francia, si bien es un plato de origen medieval frecuente en muchos países de Europa. El toque francés, eso sí, se lo da el queso gruyer o emmental que se ralla en la tostada que suele acompañar la sopa, debidamente gratinada. Una receta bien resultona apta para cocineros aficionados o primerizos.

 

Recetas de cuchara más elaboradas

 

Sin salir del recetario tradicional español, estas propuestas te encantarán:

  • Fabes con almejas. La receta combina fabes, un tipo de judía blanca de Asturias, con almejas frescas, creando una fusión de sabores única. La preparación comienza remojando las fabes durante la noche. Luego, se cocinan a fuego lento con laurel, ajo y chorizo para obtener un caldo rico y sabroso. Añadir las almejas en el último momento asegura que se cocinen a la perfección, manteniendo su textura tierna. El resultado final es un plato reconfortante, lleno de aromas y sabores que deleitan los paladares más exigentes. Eso sí, no apto para días de mucho trabajo y ajetreo, sino más bien para un domingo de digestión lenta y, a poder ser, una buena siesta junto al fuego.

  • Pote gallego. Viajamos ahora a Galicia, sin salir del norte, zona que, como es lógico, cuenta con mucha tradición en cuanto a platos de cuchara, reconfortantes, con su buena proteína y legumbre, pues los inviernos son más largos y duros que en el sur. En este caso, el pote gallego destaca por su sencillez y sabor amable. Se elabora con patatas, grelos, chorizo y lacón. Con estos se obtiene un caldo con enjundia, sobre los que se añaden después las patatas y los grelos. Sencillo pero triunfador.

  • Garbanzos con espinacas y bacalao. Otro plato de sabor atlántico que juega también con productos del mar (como el de las fabes), porque plato de cuchara no significa forzosamente calorías procedentes de la carne. En este caso, la combinación de legumbre con el pescado blanco más sabroso y la ligereza de las espinacas juega a favor del equilibrio, en un plato muy agradecido para comer en cualquier momento.

¿Te gustan estas recetas de cuchara? Puedes liarte la manta a la cabeza y prepararlas tú mismo, o disfrutar de todo su sabor a mesa puesta en Casa Emiliana. ¿Aún no has probado nuestro menú ejecutivo y nuestros judiones de La Granja con su matanza? ¡Te esperamos! Cuchara en mano, por supuesto. 

 

Fuente de la foto: Pexels

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