Comprar vino puede ser un reto para muchas personas. Y es que se trata de una bebida con una inmensa trayectoria cultural y técnica. Lo que ha permitido que desarrolle múltiples variedades, marcas y sabores.

Por todo ello, el vino no es tan solo una bebida social, también se trata de una pieza fundamental de nuestra gastronomía. Como tal, es fundamental saber acompañarlo adecuadamente. Y es que puede hacer mucho por el sabor de los platos con los que se sirve. Así, puedes encontrar una amplia variedad de tipos de vino recomendados para carnes, pescados e, incluso, postres.

Los mejores vinos tintos y cómo acompañarlos

El vino nace de la fermentación procedente del jugo de las uvas. En el caso del vino tinto, este adquiere su color gracias al tipo de uva que se utiliza para prensar. En estas situaciones, el jugo o mosto permanece junto a la piel de la propia uva morada, para terminar por absorber, así, buena parte del color natural de la fruta.

Dentro del vino tinto podemos crear varias distinciones en función de diferentes elementos. Por ejemplo, el tipo de uva que se ha empleado para su elaboración. Otro caso es el grenache, muy cultivado tanto en España como en Francia. El malbec sería otra opción, muy relacionado también con las marcas francesas.

La uva es la esencia de la bebida, pero puede haber otros tantos factores que alteren el resultado del producto. En general la uva determina todo, ya que en función de la fermentación del jugo convendrá un tipo de almacenamiento u otro y, por ende, se logrará una línea concreta de sabores.

Otra distinción está en el sabor, aquí los tenemos:

  • Afrutados. El burdeos o el rioja son los más sobresalientes en este apartado. Se diferencian, evidentemente, por los tintes frutales de su sabor.
  • Balsámicos. Suelen tener reminiscencias de vainilla, pino o incluso tabaco en su sabor.
  • Especiados. El clavo o la canela son las dos especias más utilizadas para la producción de vinos. Ofreciendo así una mayor variedad en sus resultados.

El etiquetado de los vinos tintos nos ofrece también una buena cantidad de información sobre ellos. Principalmente acerca del origen y de su envejecimiento, otro punto clave.

  • Garantía de origen. Suelen ser vinos de primer o de segundo año, que conservan todavía un sabor muy fresco y joven.
  • Crianza. Aquí estarían aquellos vinos a partir de tres años, por lo menos, y con una estancia previa en determinado tipo de barricas.
  • Reserva. Se trata de vinos que han permanecido más de tres años en botella y, como mínimo, otro en barrica.
  • Gran reserva. Aquí el tiempo mínimo en la barrica es de dos años. Tienen un sabor mucho más profundo.

Ahora bien, ¿cómo maridar cada tipo de vino? Como ves, dependerá de la uva, de su sabor, del tipo de etiquetado y demás.

En general se relaciona el vino tinto con el consumo de carnes rojas, pero también con el pollo puede tener un buen resultado, especialmente ante tintos especiados.

Por otro lado, los sabores fuertes se ven bien acompañados de esta clase de vinos. Un tópico es el de que el vino blanco funciona para el pescado, y, en general, es cierto, pero como ejemplo, un tinto tempranillo puede quedar excelentemente con peces de río gracias a que el sabor de su carne es mucho más fuerte e intenso. Por tanto, no es algo que tenga una respuesta tan general ni amplia.

Los mejores vinos blancos y cómo acompañarlos



Nuevamente, aquí vemos que los tipos de uva y su conservación son los principales responsables del sabor de este tipo de vinos.

La idea es la de realizar un prensado mucho más suave sobre las uvas para que, de esta manera, solo suelte el mosto sin el orujo.

 La propia vid y el área en el que esta se cosecha son los determinantes de esta bebida. Así, el área más simbólica probablemente sea la de Chardonnay, con un sabor eminentemente afrutado.

En nuestro país, el albariño es el que más se destacaría.

En cuanto al etiquetado, para los blancos podemos utilizar el mismo que para los tintos, con una salvedad.

El gran reserva suele tener que pasar más tiempo en las barricas en el caso del vino blanco, por lo general. 

¿Y qué puede acompañar? Pues marida especialmente bien con pescados y mariscos. Pero también lo puedes utilizar para acompañar alguna pasta blanca, arroces y también para las ensaladas, ya que realza sabores y mantiene la ligereza del plato.

En conclusión, comprar vino no siempre es una tarea sencilla, y mucho menos ahora que conoces la complejidad de factores y de elementos que influyen en su sabor. Por lo tanto, siempre es importante contar con una persona de confianza que haya demostrado sus conocimientos sobre vinos y que te dejes orientar y guiar por los profesionales. Así sabrás cómo disfrutar adecuadamente esta bebida tan polifacética y encontrarás vinos buenos.

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