El otoño es una estación idónea para aprovechar al máximo los mejores productos de temporada. Aunque en el supermercado puedes encontrar durante todo el año cualquier tipo de fruta, hemos de destacar que las de temporada siempre serán mucho más sabrosas y te aportarán esos sabores indescriptibles, que mejorarán tu experiencia gustativa.



Alimentos del otoño

Como venimos indicando, cuando todo parece morir en el campo es cuando más partido se le pueden sacar a las cosechas que se llevan a cabo a partir de septiembre. Podríamos dividirlas en dos grandes grupos.

Frutas del otoño

  • Aguacate. Por suerte, se ha puesto de moda últimamente y se ha convertido en esencial para nuestra dieta. Los de temporada te aportarán Omega 3, fibra, potasio, magnesio, vitamina B, vitamina E y antioxidantes.
  • Granada. Aporta vitaminas B y C, minerales (zinc, potasio, selenio y magnesio entre otros), antioxidantes, fibra y su peculiar color a cualquier plato. Degústala en ensaladas y te sorprenderás.
  • Caquis. Se compone en un 80 % de agua, contiene hidratos de carbono y proteínas vegetales de alto interés. Su degustación te dará una buena dosis de vitaminas y minerales.
  • Pera. Hay una enorme variedad de peras que puedes disfrutar durante el otoño. Por cada 100 gramos ingerirás 86 de agua, 10 de hidratos de carbono y uno de proteína. Contienen vitaminas B y C.
  • Manzana. La frase «una manzana al día del médico te libraría» es totalmente cierta. Esta fruta contiene pectina, una sustancia que baja el colesterol y que ayuda al hígado y a los riñones a filtrar las impurezas del organismo de forma más eficiente.
  • Kiwi. Su dosis de vitamina C y su cantidad de fibra convierten a esta fruta en imprescindible en cualquier desayuno.
  • Mandarina. Vitaminas A, B y C, proteínas, hierro y potasio son sus componentes más saludables.
  • Chirimoya. Se caracterizan por un sabor muy peculiar y por su aporte de calcio, hierro, fibra, vitaminas (B, C, D, E y K) y azúcar.

Verduras del otoño

  • Lombarda. Es la verdura con mayor cantidad de vitamina C. Además, contiene minerales varios y le aporta un sabor distinto a sus ensaladas. ¿Qué más se le puede pedir?
  • Col. Destaca por sus niveles de vitamina K y por su cantidad de proteínas y de calcio. Va bien con todo y no solo en ensaladas frías. Pruébala con arroz, tras hervirla, y conseguirás un plato perfecto para equilibrar tu organismo con facilidad.
  • Rábano. Con sus 17 calorías cada 100 gramos puede ser perfecto para tu dieta. Si le añades que aporta calcio, potasio, magnesio, vitaminas (A, B, C, D, E y K) y fósforo el resultado es un tubérculo magnífico para degustar en crudo o en caliente.
  • Berenjena. 21 calorías por cada 100 gramos, vitaminas y minerales necesarios para tu salud y una adaptabilidad a todo tipo de ingredientes digna de resaltar son sus avales para convencerte.
  • Nabo. Vitaminas B y C, 31 calorías por cada 100 gramos y un sabor exquisito deberían animarte a incluir a esta verdura a todo tipo de guisos y preparaciones.
  • Coliflor. Vitaminas (A, B, C y K), muy pocas calorías, proteína vegetal y minerales en cada bocado. ¡Seguro que no encuentras algo igual en la farmacia!
  • Níscalos y setas diversas. En cada pedazo que lleves a la boca notarás el sabor del otoño y recibirás una apropiada dosis de vitaminas y minerales.

Frutos del otoño

  • Nueces. Cinco nueces al día te ayudarían a controlar tu colesterol de forma natural. También ayudan a mejorar la concentración y a tener más vitalidad. ¡No te olvides de tenerlas siempre a mano!
  • Castañas. Terminamos nuestra lista con las reinas del otoño. Vitaminas (B, C, D, E y K), fibra, hierro, calcio y proteínas convierten su ingesta en una apuesta por la buena salud.

Como habrás comprobado, las opciones son múltiples y dignas de toda tu atención. Entre los motivos para el consumo de estos alimentos destacamos:
  • Una mejor protección del medio ambiente. Así, no se fuerza a un terreno determinado a «trabajar» a destajo sino que se permite que se amolde a la producción natural de cada estación.
  • Son más baratos. El precio de los alimentos fuera de temporada es siempre más caro. Comprando los que se producen en temporada ahorrarás una buena cantidad de dinero.
  • Son más sabrosos. El uso de invernaderos y de terrenos de cultivo en otros países facilita que podamos tomar alguna de las frutas mencionadas todo el año, pero nunca van a tener el exquisito sabor que tienen las de siempre. Acelerar el proceso va siempre en detrimento de la calidad final del alimento.
  • Llenarán tu mesa de color. ¿No crees que es un lujo convertir tu mesa en un lienzo con los colores más bonitos del otoño?
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