Las carnes blancas se diferencian de las carnes rojas en un aspecto fundamental: proceden de aves (y peces). A diferencia del chuletón de buey o del solomillo de ternera (carnes rojas procedentes de mamíferos), las carnes blancas vienen del reino animal ovíparo (con alguna excepción). Con niveles de mioglobina menores que en el caso de las rojas, su consumo habitual es más recomendable, tanto para mantener a raya el colesterol como para controlar el peso.

Pero, ¿qué carnes son blancas? Es habitual pensar automáticamente en el pollo o el pavo, incluso en el conejo (que en algunos casos se considera carne roja), pero lo cierto es que las carnes blancas incluyen también muchos tipos de pescados. Entre los más populares, el rape, la dorada, la lubina… Muchos de los ceviches que se degustan en la actualidad, por ejemplo, están elaborados con carne blanca… de pescado. Como los ceviches de corvina, suculentos con una leche de tigre bien marinada. En efecto, si te preguntas cuáles son las carnes blancas, las encontrarás también en la fauna marina.

Tipos de carnes blancas

Como ya hemos comentado, la gran mayoría de carnes blancas proceden de aves y peces, aunque encontramos alguna que otra excepción. Porque también se considera carne blanca el lomo de cerdo, la del conejo y la del cordero cuando es joven. Es decir, animales mamíferos que contribuyen con su carne a engrosar la lista de carnes blancas, que se completa también con las distintas carnes blancas de pescado.

Entre las más populares y consumidas se encuentran el citado pollo y pavo, y dentro de las carnes blancas de peces que más se consumen encontraríamos el lenguado, el gallo, la merluza y el bacalao. En tiempo de Cuaresma, con las recomendaciones de no comer carne (de animal marino), también crecía el consumo de estas carnes blancas procedentes del mar.

Beneficios de las carnes blancas

Una dieta rica en carnes blancas siempre es una buena idea. En términos comparativos, al menos, siempre es mejor comer carnes blancas para obtener proteínas que otras alternativas más grasas y saturadas. Las carnes blancas ponen a raya la obesidad, permiten unas digestiones fáciles y aportan minerales y vitaminas del grupo B.

Las contraindicaciones que puede tener un consumo continuado de carne roja no se han localizado en la carne blanca, razón de más para incluirla en nuestros menús semanales sin ningún rubor. Además, su precio en el mercado es económico, lo que ayuda al ahorro familiar, más aún si se compran en grandes paquetes de oferta que posteriormente congelamos.

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El triptófano en las carnes blancas

De un tiempo a esta parte se lee cada vez más sobre los beneficios del triptófano. Pero, ¿qué es el triptófano? Se trata de un aminoácido fundamental en la nutrición humana, presente en distintos alimentos y que se puede consumir también aislado, como se hace con los complementos alimenticios. O también elegir aquellos alimentos ricos en triptófano, como el pollo o el pavo. Y las nueces, entre otros.

Su consumo se recomienda por sus propiedades para levantar el estado de ánimo, ya que entre sus funciones se encuentran la producción de serotonina. O sea, que podría considerarse un antidepresivo natural, sin efectos secundarios, y de resultados moderados. También ayuda a conciliar el sueño al producir una cierta placidez que anula la ansiedad o el nerviosismo. Un buen surtido, por tanto, de razones para comer carne blanca, entre las que se encuentra también su estupendo sabor, sobre todo si se cocina con arte. ¿Aún no has probado nuestros menús de fin de semana en Casa Emiliana? ¡No tardes más! Te esperamos con toda la carne (blanca) en el asador.

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