Hay intolerantes a la lactosa, la fructosa y el gluten y también intolerantes a la creatividad, la imaginación y, sobre todo, el sabor. Hablamos del equipo “¡mejor sin salsa!” que consideran un “crimen” verter cualquier tipo de aditivo sobre un producto, como puede ser una salsa. Por supuesto, añaden sal a sus platos y azúcar en el café.
Por fortuna, en este artículo no hablaremos de ellos sino del placer de disfrutar de de las mejores salsas para carne. Añadirán un toque extra a tus viandas, lo cual no significa que su uso sea obligatorio ni que la carne no pueda vivir de ellas.
Si aún no lo sabes, descubrirás cuál es la mejor carne para asar en nuestro blog, y nuestra mesa, por supuesto.
Debates sobre el sexo de los ángeles al margen, vayamos con las salsas más jugosas para enriquecer tus carnes:
Las mejores salsas para carne asada
Salsa gravy.
El clásico de los asados ingleses, que se emplea a menudo para el pavo de Navidad, pero que bien vale para cualquier pollo al horno y otro tipo de carnes blancas, por cuanto añade de fuerza frente la templanza de ese tipo animal.
Para prepararlo, necesitarás agua, vino blanco, media cucharadita de potenciador de sabor como Bovril (ese extracto de carne de buey que le da un toque vibrante a tu salsa) y la salsita que el propio asado ha generado, a poder ser con algún resto de carne. Y un toque de maizena para darle espesor. Para chuparse los dedos.
Salsa barbacoa.
Un clásico de la cocina norteamericana, las primeras recetas con salsa barbacoa registradas datan de primeros del siglo XX y ya entonces pivotaba en torno al kétchup, la mostaza, el vinagre y la salsa Worcestershire.
Después, la miel y el whisky bourbon le aportarían el toque dulce que la hace omnipresente en tantas barbacoas de Estados Unidos y, posteriormente, en Argentina. Conocida también como salsa BBQ, es ideal para costillares de cerdo.
Salsa chimichurri.
Una de las salsas fundamentales en la citada Argentina, que no puede faltar en sus clásicos asados. Se usa para condimentar las carnes, pero también sus mayores adeptos la emplean para rociar con ella patatas asadas o y para enriquecer panes.
La salsa chimichurri se compone de una combinación de especias con ajo picado, a los que se añade aceite y vinagre (y limón, de manera opcional). Para obtener una chimichurri de aspecto rojizo, se puede añadir salsa de tomate, y son bienvenidos condimentos picantes como pimentón, guindilla cayena o copos de chile.
Las mejores salsas para guisos
Salsa española.
Una elaboración básica pero muy resultona que se enseña en todas las escuelas de cocina y de la que se desprenden otro tipo de salsas, como la Oporto que describiremos a continuación.
Se elabora a partir de un roux muy oscura, tostadito, a la que se añade un caldo de pollo también intenso, que se fusionan hasta obtener una textura lo suficiente densa. Por lo tanto, una salsa que apenas precisa de ingredientes (harina, mantequilla y caldo) pero que da unos resultados sensacionales en todo tipo de guisos y, por supuesto, nos invita a mojar pan como si no hubiera un mañana (ni básculas).
Salsa Oporto.
En este caso, como decíamos, partimos del concepto de la salsa española para, a partir de esos tres ingredientes, añadir vino de Oporto y cebolla muy picada.
Conseguimos así una salsa muy untuosa, con un reconocido color ciruela, ideal para darle un toque de distinción a los guisos y carnes asadas, como puede ser el redondo en salsa (de Oporto).
Las mejores salsas para carnes rojas a la plancha
Las carnes rojas, sobre todo si son de buena calidad, están perfectas con un vuelta y vuelta y una buena salsa para coronar su sabor. Como estas dos:
Salsa a la pimienta.
Un clásico de la cocina francesa, donde no conciben comer sin su apreciada poivre que, en este caso, se lleva al paroxismo con esta salsa. Además, es bien fácil de preparar. Para ello, usaremos la sartén en la que hemos cocinado la carne (que espera reservada y con algún elemento para conservar el calor), en la que añadiremos nata al gusto sobre una gota de aceite de oliva y una buena cantidad de pimienta recién molida.
Ojo: la mayoría de dispensadores de pimienta apenas sueltan unos pocos gramos de pimienta y no ayudan en el proceso ni nos dan la cantidad que queremos. Recomendamos moler granos enteros de pimienta en un mortero y verterla sobre la nata. Y el toque diferencial: un chorrito de whisky en esa mezcla que se liga con el fuego al máximo. Verter inmediatamente sobre la carne y disfrutar.
Salsa al Cabrales.
Parecida metodología que con la salsa a la pimienta, pero incorporando a la nata unos dados de este apreciado queso asturiano. Lo cocinamos todo a fuego medio, con un toque leve de aceite en la sartén para facilitar la mezcla y añadimos un toque de pimienta para culminar la salsa.
Salsas para disfrutar en casa pero también a mesa puesta. En Casa Emiliana somos firmes defensores del arte de la salsa. Compruébalo con nuestros menús especiales de fin de semana. ¡Te esperamos!