El 5 de agosto se celebra, como cada año, el Día Internacional de la Cerveza, ocasión inmejorable para debatir cuestiones como: ¿realmente es buena la cerveza para el organismo? O, dicho de otro modo, ¿su consumo es tan perjudicial como algunos nutricionistas sugieren? Y, la pregunta del millón, ¿cuánto engorda la cerveza?
Porque también son muchas las voces que sostienen que la cerveza es buena para la salud y, atención, especialmente para la salud mental. ¿Razones? El efecto narcótico que proporciona una fresca pinta de cerveza de trigo mientras sentimos que los problemas no llegan a desaparecer, pero sí llegan a disiparse, mostrando una cara menos fiera.
También hay quien considera que la cerveza sirve para el mindfulness, ya que una cantidad moderada de alcohol favorece cierta visión túnel que permite concentrarse más en la lectura, en la película, en la conversación. Un efecto interesante que, como todo, tiene que analizarse con la debida precaución y recordando que el alcohol es un elemento a consumir con moderación, pero sobre todo para el ocio.
¿Qué vitaminas tiene la cerveza?
Pero vayamos por partes y a las partes más concretas. ¿Podemos beber cerveza como quien toma un zumo de naranja? ¿Tiene la birra aporte vitamínico? La respuesta es sí. La cerveza contiene vitaminas del grupo B, esas que acaban en -iva e ina, como la tiamina, riboflavina y niacina, siendo el caso de la cerveza más presente el ácido fólico, del mismo grupo vitamínico.
¿Y para qué sirve el ácido fólico? Entre otras cosas, es importante para la producción de ADN, nada menos, un elemento básico del cuerpo humano relacionado con la transmisión de la información genética y es un aliado contra la anemia.
También se recomienda especialmente para las mujeres en edad fértil por sus beneficios en la producción de tejidos musculares y el trabajo de las células, aspectos muy positivos para la salud de la embarazada y el feto.
¿Y los beneficios de la cerveza sin alcohol?
El más evidente está en su propio nombre. No olvidemos que el alcohol es un depresor del sistema nervioso, puede afectar en la regeneración neuronal y, si se abusa, puede generar conductas adictivas que no traen nada bueno.
Además, podrás mantener conversaciones de larga duración sin caer en frases de cuñado y sin caer en la tentación de provocar a tus amigos. Es parte de las ventajas de beber cerveza sin alcohol, además de que engorda menos que la cerveza normal. ¿Cuánto? Pues, aproximadamente, la cerveza sin alcohol aporta la mitad de calorías a tu organismo que la cerveza con alcohol, unas 90 por caña frente a las 43 de una ‘sin’.
Y si hasta hace nada muchas cervezas ‘sin’ tenían un sabor algo artificial, química, las nuevas recetas de cerveza sin alcohol saben mejor. Tanto como las ‘con’, véase el ejemplo de las distintas cervezas tostadas libres de alcohol que producen las principales marcas fabricantes de esta bebida tan refrescante como nutritiva.
Otras propiedades de la cerveza
Y si antes hablábamos de propiedades ‘narcóticas’, no íbamos desencaminados al apuntar las propiedades sedantes que se han descrito científicamente en diversos estudios. Si en su día analizamos las propiedades de las carnes blancas para mejorar el estado anímico, gracias a la presencia de triptófanos, y de paso ayudar a conciliar el sueño, parece que la cerveza comparte esas particularidades. En este caso, se debería al efecto sedante que el lúpulo presente en esta bebida genera en el organismo, produciendo una relajación y estado de bienestar tal que podría llegar a inducir el sueño.
Tampoco hacen falta sesudos estudios para corroborarlo. ¿Quién no ha disfrutado de un botellín de cerveza en una tumbona, en la playa o la piscina, para acto seguido dejarse mecer por una agradable modorra? En Casa Emiliana no contamos con la figura del beer somelier, pero sí tenemos una terraza de verano que quita el hipo. Y las mejores cervezas de barril y embotelladas. ¡Ven a probarlas y disfrutarlas con nosotros! Te esperamos.