5 Alimentos ricos en Vitamina D
No siempre es fácil obtener los beneficios de una vitamina D que nos llega desde el sol. Los largos inviernos del norte de España ponen difícil a sus habitantes acceder a los benéficos rayos de sol y su correspondiente dosis de vitamina D.
¿Por qué es importante la vitamina D? Entre otras cosas, para absorber el calcio que necesita nuestro sistema óseo. La vitamina D, a través de la piel (que previamente ha tomado el sol) y de determinados alimentos, realiza esa función mediadora para que el organismo se asegure la cantidad de calcio que desea.
¿Y qué alimentos tienen esa vitamina fundamental? Según expertos nutricionistas, se necesita un mínimo de 15 miligramos (mg) de vitamina D. Veamos cinco de esos alimentos que te permitirán consumir esa cantidad diaria recomendada:
1- Pescados grasos
El salmón y el atún contienen vitamina D en las cantidades que tu cuerpo necesita. Si son frescos esos pescados, mejor que mejor. Ya que los alimentos en conserva incluyen otros nutrientes, como sodio, proteínas, etc., por lo que es preferible el alimento fresco, con una cantidad de vitamina proporcionalmente mayor.
No obstante, si te decantas por el atún en lata, es mejor que sea en aceite que “al natural”. Ah, y respecto al atún rojo, no conviene excederse en su consumo debido a su alto contenido en mercurio.
2- Hígado de ternera
Uno de los alimentos más odiados por los niños, a pesar de su sabor a carne y que, combinado con alguna salsa, puede resultar bien rico. A menudo se han celebrado sus beneficios para la salud, aunque olvidando que puede contener también toxinas no recomendables para el organismo. Por tanto, hígado sí, pero sin abusar.
3- Setas, hongos, champis
El mundo micológico es amigo de la vitamina D. Y es que estos productos de la tierra también toman el sol y procesan de un modo parecido la vitamina D (del tipo D2, en su caso). Tendrán valor nutritivo, es decir, contienen vitamina D si han recibido esa luz solar, bien natural o artificial. Has leído bien. Los hongos y las setas también se van de solárium.
4- Yema de huevo
El huevo, y concretamente su yema, es uno de los alimentos que más vitamina D concentra. Mientras uno no sea diabético o tenga el colesterol muy alto, puede consumir huevos sin remordimientos de conciencia (dentro de un orden, claro). ¿Cuántos huevos puedo tomar? Un huevo al día es alegría, dice un refrán.
5- Leche, yogures y demás derivados
La vitamina D de la leche no está tan presente como en otros productos, como el pescado. Sin embargo, es un producto al alcance de todos que ayuda a regular los niveles y que conviene incorporar a nuestra dieta.
Muchos productos lácteos vienen enriquecidos con vitamina D de manera artificial, de modo parecido al que encontramos en los complementos vitamínicos o las bebidas vegetales enriquecidas. En este caso, conviene fijarse bien en el etiquetado si queremos garantizarnos nuestro aporte diario de vitamina D.
Una planificación de la cesta de la compra es importante para asegurar el aporte vitamínico diario. Especialmente para personas adultas que pueden desarrollar osteoporosis y otras enfermedades en huesos que pueden acelerar las fracturas. La vitamina D retrasa esa posibilidad. Así que elige bien los alimentos y ¡busca el sol!