Uno de los primeros beneficios de la sandía lo encontramos en el propio placer de comerla. Porque nada más refrescante que ese fruto de agua (no en balde en inglés se llama watermelon) que aporta la mitad de la vitamina C que necesitamos por día.
Su sabor dulce y acuoso, además, nos hidrata de la cabeza a los pies, por lo que esa propiedad la hace especialmente recomendable con las altas temperaturas de las sucesivas olas de calor que llegan en los últimos veranos.
Propiedades y contraindicaciones de la sandía
Además de su capacidad refrescante, la sandía es beneficiosa para aliviar la fatiga muscular, es decir, aporta energía y quita la pereza estival. ¿Te sientes cansado del calor del verano? Un par de rajas de sandía te pondrán a tono. También se recomienda para aliviar la hipertensión y es beneficiosa para la microbiota intestinal.
Por otra parte, son muchos los estudios que relacionan la sandía con prevención del cáncer de próstata. ¿Por qué? Por el alto contenido de licopeno presente en cada sandía, un elemento antioxidante clave para frenar la aparición de ese tipo de cáncer tan habitual en hombres.
¿Se recomienda comer sandía por la noche?
Por tanto, parece que todo es alegría respecto a la sandía y podemos comerla sin ‘resacas’ de ningún tipo. ¿O no? Porque pronto surge la tan temida pregunta: ¿es bueno comer sandía de noche?
No hay una respuesta rotunda, pues dependerá del metabolismo de cada cual. Lo que sí es cierto es que la sandía tiene un alto contenido glucémico que nos activa, nos despierta, nos invita a mover y quemar esa energía. Por la noche, el cuerpo segrega una hormona opuesta a la insulina: se trata de regular la cantidad de glucosa en sangre y provocar el descanso y la relajación. El consumo de sandía por la noche iría en dirección contraria por lo que la teoría nos indica que es mejor comer sandía durante el día. Pero tampoco provoca un daño al organismo ni es ‘malo’ en sí su consumo nocturno.
De hecho, aquellos estudiantes que quieran espabilar durante la noche para seguir hincando codos pueden encontrar en la sandía una aliada.
¿Qué recetas puedo preparar con sandía?
La sandía sola está riquísima. Con o sin pepitas. Tipo bola con su piel exterior negra, o más ‘amelonada’, verde por fuera y roja por dentro. Pero también va estupenda con la sopa fría más exitosa del verano: el gazpacho. Un gazpacho con sandía siempre triunfa y, además, es tan fácil de elaborar que querrás tomarlo una y otra vez. Basta agregar unas porciones de sandía al vaso triturador, con el resto de ingredientes del gazpacho, y listo.
Las ensaladas con sandía, con todas sus propiedades nutricionales, son otra opción feliz. Y si añades un poco de queso a tu plato fresco con sandía, mejor que mejor. Puedes probar con queso fresco (tipo Burgo de Arias) o cualquier otro de sabor suave, o arriesgar con un queso feta, más salado, que genere un contraste de sabores explosivo. Un poco de aceite de oliva virgen extra, unas aceitunas negras cortadas en láminas, un toque casi imperceptible de romero y tendrás una ensalada de sandía ganadora.
Y, por supuesto, si eres un adicto a la sandía, en Casa Emiliana la encontrarás en las recetas más elaboradas y sabrosas. No dejes de probar nuestros menús especiales de fin de semana, también en verano. ¡Te esperamos!