La primera comunión de tus hijos es un momento inolvidable para ellos y para vosotros, ya que se trata de una celebración muy importante en la que recibirá por primera vez la eucaristía y lo compartirá con la familia y los amigos.
Son muchos los detalles que hay que dejar bien atados para ese día: los vestidos y trajes, las invitaciones, los regalos y, por supuesto, el restaurante en el que vais a celebrarlo.
Para que no os agobiéis, lo mejor es que elijáis un restaurante para la comunión cuanto antes. De hecho, tres o cuatro meses antes de la fecha clave es una buena opción, así os aseguráis de que vais a escoger con tranquilidad el lugar que más os guste.
A la hora de valorar las diferentes propuestas que existen hoy en día, es muy importante que os centréis en tres aspectos básicos, como el menú, la flexibilidad con las comidas y los espacios.
El menú de primera comunión
A la hora de decidir qué menú queréis para la primera comunión de vuestros hijos hay que tener en cuenta el tipo de personas que van a asistir. Seguramente se trate de un público heterogéneo en el que haya adultos, jóvenes, ancianos y, por supuesto, niños, y no a todos les gustan las mismas cosas, por eso, cuanto más variada sea la carta, más probabilidades tendréis de acertar.
Es muy importante que no se os olvide preguntar si alguno de los invitados es alérgico o intolerante a algún tipo de alimento. Si avisáis al restaurante de que ciertos alimentos queden excluidos, os ahorraréis muchos quebraderos de cabeza y, además, los invitados os agradecerán que hayáis pensado en sus necesidades.
Dicho esto, existen platos estándar con los que siempre vais a acertar y son los siguientes:
- Embutidos: queso, salchichón, jamón, chorizo… la calidad la eliges tú, pero esto siempre gusta a todo el mundo y es un plato muy adecuado para abrir boca y ponerlo al principio de la comida, como entremeses.
- Ensaladilla rusa: otro plato tradicional de nuestra gastronomía que nunca pasa de moda. Además, es muy versátil y se puede adaptar a las necesidades de vegetarianos, intolerantes a la lactosa, etc.
- Ofrece carne y pescado. Esto es un clásico. Siempre hay a quien le gusta más uno u otro y ofrecer ambos es sinónimo de generosidad para con tus invitados.
- El postre. Por supuesto, no debe faltar la tradicional tarta de primera comunión, con muñequito incluido en lo alto. Para tu hijo será el mejor recuerdo de su celebración.
Comidas diferentes
Una vez vistos los productos que no pueden faltar en un menú de comuniones, también tenemos que valorar otros aspectos cómo pueden ser en cuanto a la originalidad de las recetas. Por ejemplo, uno de los restaurantes más solicitados para la celebración de comuniones que aúna tradición con modernidad es Casa Emiliana, situado en Madrid.
Casa Emiliana tiene ocho tipos de menús diferentes, además de otro infantil y todo tipo de servicios especiales para comuniones, como pueden ser los Candy Bar y un cóctel de recepción en sus jardines.
Además de productos españoles tradicionales como el jamón, el queso o el lomo ibérico, entre sus entrantes destacan el surtido de panes con tomate, cigarritos de morcilla o cazuela de torreznos caseros.
En cuanto a los primeros platos, podrás encontrar entrecot de ternera a la parrilla, carpaccio de salmón con acompañamiento, carrillera glaseada, lomo de merluza o solomillo de vaca. Todos sus menús se completan con dulces, helados e infusiones para completar un día inolvidable.
El chef, Rafa Parro
Uno de los secretos de los menús de Casa Emiliana es que cuenta con un chef de referencia en nuestro país, Rafa Parro. Este profesional lleva desde los diecisiete años entre fogones (empezó en los Paradores de Turismo) y para él la innovación es el ingrediente principal de la cocina. Sus principios son el cuidado de la materia prima y las presentaciones atractivas para los clientes.
La primera comunión es un día muy importante también para vosotros como padres o madres, y puede daros más de un quebradero de cabeza tenerlo todo atado. Pro eso, elegir un restaurante que sea responsable con los detalles, en el que se cuiden los menús y que ofrezca un lugar encantador para que disfrutéis, es algo en lo que merece la pena invertir tiempo.
¿Y qué decir del espacio en el que vais a pasar el día? Como las comuniones se celebran normalmente en primavera, tenéis que prever que el restaurante tenga diferentes espacios para evitar problemas si llueve o si hace demasiado sol. Contar con una bonita terraza o un jardín cuidado siempre va a ser más atractivo en la primera impresión, pero ¿y si a la caprichosa primavera le da por traer lluvia? Estar guarecidos en salones amplios y decorados con buen gusto os harán olvidar las inclemencias del tiempo.
En conclusión, si queréis que el día de la comunión de vuestro hijo sea inolvidable, recordad elegir el mejor restaurante con suficiente antelación, escoged un menú amplio que satisfaga a todos los invitados y no olvidéis que el local tenga todo tipo de espacios para resguardaros si llueve o hace demasiado sol.