Consumir alimentos de temporada es mucho más que una moda o una tendencia gastronómica.
Desde hace tiempo nos hemos mal acostumbrado y ahora vamos al súper para comprar cualquier tipo de alimento en la temporada que sea sin preguntarnos si es el mejor momento para consumirlo. Se trata de seguir el curso natural de los alimentos y dejar de comer naranjas en agosto y uvas en abril. Es algo más fácil de lo que parece.
Si no sabes por dónde empezar y quieres hacer como en Casa Emiliana, donde solo trabajamos con producto de cercanía, de primera calidad y de temporada, este post es para ti.
¿Qué es la comida de temporada?
Cuando hablamos de comida de temporada no nos referimos a todos los alimentos, porque esta definición no se aplica a los cereales, que conservan perfectamente sus propiedades nutricionales incluso durante varios años, ni a la miel, por ejemplo. La estacionalidad se refiere a productos que tienen una vida útil corta.
Cuando un restaurante ofrece “platos de temporada” en su carta no lo hace por postureo ni porque se lo haya aconsejado su agencia de marketing. Lo hace porque es la forma de nutrición más sana y respetuosa con el ciclo natural de la vida y esa es, precisamente, la filosofía de Casa Emiliana.
Nuestros antepasados sabían que a finales de agosto comenzaba el tiempo de hacer conservas y que en septiembre, con el solsticio de otoño, llegaba la hora de celebrar la fiesta de la cosecha y prepararse para el invierno.
Con la llegada de la industrialización, el libre mercado y la globalización hemos logrado que los tomates se puedan consumir durante todo el año y la comodidad puede conducirnos a un error irreparable.
Por fortuna, parece que se trata de una falta de conocimiento que va teniendo solución porque gracias al acceso a la información, tanto millennials como centennials, están demostrando un gran interés en recuperar tradiciones y mantener una alimentación saludable, más natural y sostenible.
Mantener la estacionalidad de los alimentos es muy útil
Ya sabes que en Casa Emiliana somos fans del refranero gastronómico castellano y hay uno que dice: “La fruta madura se cae sola”.
Cada verdura y fruta madura en el momento preciso que manda la naturaleza, logrando el mejor sabor y manteniendo las características nutricionales idóneas.
Al consumir alimentos con la cantidad óptima de proteínas y vitaminas, obtenemos la energía, el equilibrio y la armonía que necesitamos para alejar las dolencias y protegernos frente a enfermedades.
Alejarnos de una alimentación natural ha provocado que en los últimos 100 años surjan nuevas enfermedades relacionadas con la dieta y aumenten los casos de personas con sobrepeso y obesidad.
Comer alimentos frescos ayuda al organismo a recuperar su ritmo natural y previene la acumulación de exceso de grasa. Además, las frutas y verduras frescas aportan al cuerpo una cantidad más alta de antioxidantes esenciales para mantener una buena salud.
5 ventajas y beneficios de los alimentos de temporada
En primer lugar, comer alimentos de temporada es beneficioso para tu bolsillo. Lo vas a notar porque casi todas las verduras, frutas y bayas son más baratas si están en plena temporada, pero además cuentas con estas otras ventajas:
1. Es más sano
Algunos alimentos de temporada suelen tener un valor nutricional más alto porque después de recolectarlos y transportarlos de los invernaderos a las tiendas, el contenido de nutrientes, vitaminas, minerales y enzimas va disminuyendo a medida que pasan los días.
2. Tiene más sabor
Cualquier fruta consumida inmediatamente después de recolectarla tendrá un sabor y un aroma más intenso. De hecho, es común que los grandes chefs tengan su propio huerto o un pequeño rincón con hierbas frescas con las que aromatizar sus platos.
En ocasiones, un producto no estacional se trata con productos químicos para controlar su maduración y su tiempo de vida en los lineales de las tiendas, lo que degrada su olor y aroma.
3. Es mejor para el planeta
Comer alimentos de temporada tiene un efecto beneficioso sobre el medio ambiente, ya que se emiten menos gases de efecto invernadero al eliminar el transporte, entre otras razones.
4. Es más ecológico
Un cultivo ecológico no trabaja con plaguicidas o fertilizantes y si haces tu compra directamente a los agricultores o comercios estarás comprando productos sacados directamente de la tierra de manera natural.
5. Es más sostenible
Consumir de manera local es una invitación a apostar por alimentos de cercanía de manera que evitamos el consumo de energía y logística utilizado en el transporte, el reparto y el almacenamiento de estos productos.
Se trata de reducir nuestra huella ecológica y respetar el ciclo natural de las siembras.
En Casa Emiliana adaptamos nuestra carta a la naturaleza, no al revés.
Si quieres disfrutar de la cocina tradicional y de mercado con el toque sofisticado que le da Rafa Parro a cada plato, te estamos esperando.