¿Eres un enamorado de esas bolitas de bechamel recubiertas de pan rallado o panko y con rellenos de todo tipo que se deshacen en tu boca? Entonces no te pierdas este artículo, donde repasaremos algunas de los tipos de croquetas más irresistibles que tu paladar no debería perderse. Primando siempre los tipos de croquetas caseras. Porque el producto casero siempre es mejor.
Croquetas con panko
Este tipo de cobertura para frituras viene desde Japón y ha entrado con fuerza en nuestro país desde hace unos cinco años. ¿Dónde comprar panko? Lo tienes en tiendas especializadas, por internet y, si vives en Madrid, en esas tiendas que no tienen desperdicio de la calle Leganitos, donde los amantes de la cocina asiática encontrarán diversos bazares de alimentación a su disposición.
No cuesta mucho más que el pan rallado y el resultado es más chispeante, con pequeños destellos en la boca, más alegre que el empanado tradicional, aunque sobre gustos, y croquetas, no hay nada escrito.
Croquetas agridulces
Hay vida más allá de las croquetas de jamón o de pollo. Como aquellas que aportan un toque agridulce, gracias a la entrada por ejemplo de pasas, dátiles o incluso un toque de mermelada. En Venezuela, las famosas hallacas incorporan este toque de la fruta pasa en uno de los platos más apreciados del país.
Recetas para croquetas agridulces las encontramos en internet en celebradas propuestas como la que integra coco, langostinos y albahaca. Un cóctel de sabores atrevido pero muy acertado que no te dejará indiferente. Como las croquetas de carne en salsa agridulce.
Las elaboramos a la manera tradicional, con trocitos de carne de cerdo en su interior, para emular el toque de restaurante chino, y después las mojaremos o dipearemos en un salsa agridulce que podemos elaborar nosotros mismos o comprar en cualquier supermercado (o en los establecimientos anteriormente citados).
Croquetas veganas
Asumiendo que lo vegano excluye a la leche, elaboraremos una bechamel con leche de avena o de soja, con la que eliminamos el factor animal. Después, podemos rellenarla con los ingredientes del campo que más nos gusten, como calabacín, tomate seco, espinaca y, para darle un toque de proteína, daditos de tofú. Triunfarás.
También son muy apreciadas las croquetas elaboradas con setas. Elige las que más te gusten, desde un champiñón portobello a una seta shiitake más aromática y añade un poco de cebolla y, si quieres, algún licor que añade un toque especial mientras las fríes. Un bocado delicioso de otra dimensión.
Croquetas de pescado
Aquí, la variedad es tan amplia como nuestra imaginación, aunque en España, durante décadas, el pescado en croquetas estuviera prácticamente relegado al bacalao. Y al bacalao sin apenas condimentos.
¿Por qué no unas croquetas de bacalao bañadas en una deliciosa salsa pil-pil? Ahí tienes una idea para tus invitados con la que sorprender. Además, aprovecha el aceite con los jugos de los lomos del bacalao para preparar esa salsa y listo. Original, elegante y exquisito.
Recuerda que cualquier pescado blanco es apto para la croqueta, y no tanto los azules, como el salmón o el atún rojo, así que merluzas, lenguados y corvinas no deben faltar en tu recetario croquetero.
Como también quedan muy bien las croquetas de calamar, manchando con la tinta de dicho molusco la bechamel. Logramos así unas croquetas muy diferenciadas, con la textura negra en la masa, y el sabor inconfundible del calamar.
Croquetas regionales
La personalidad puede venir por el sabor, pero también por la cultura. O por las dos cosas. Así lo demuestra la proliferación de croquetas de paella que estamos viendo en los últimos tiempo, tanto en la restauración como en los canales de Instagram de los cocineros más populares.
Si bien para muchos no serán ni croquetas ni paella, nadie duda de su carácter regional y valenciano. Así, se pueden ‘regionalizar’ muchas croquetas, para crear croquetas a la navarra (con pimientos del piquillo o de chorizo y chistorra), croquetas a la vizcaína (con bacalao y la famosa salsa de pimiento choricero y cebolla morada), croquetas a la asturiana (con chorizo a la sidra), croquetas a la madrileña (con callos), croquetas a la andaluza (con cazón en adobo) o croquetas a la catalana (rellenas de calçots a la brasa y salsa romescu).
La croqueta, si está bien hecha y con cariño, lo aguanta todo. Así lo creemos en Casa Emiliana, donde dedicamos las mejores atenciones a tan suculento aperitivo. ¿Aún no las has probado? Te esperamos.