Antes de describir los beneficios del ajo negro, conviene conocer su origen. ¿De dónde viene el ajo negro? ¿Qué es realmente el ajo negro? La respuesta es sencilla, y quizá decepcionante, porque este condimento no es más que ajo común sometido a un proceso de fermentación.
Como tantas otras cosas buenas (cerveza negra, champán, penicilina), el ajo negro se descubrió gracias a una serendipia, es decir, se encontró una cosa cuando se buscaba otra. En este caso, lo que se perseguía era reducir el fuerte olor del ajo blanco.
Para ello, se lo sometería a un intenso proceso de fermentación que trajo consigo esa mutación de color, como un Michael Jackson al revés: donde al principio fue blanco, ahora era negro.
¿Por qué comer ajo negro?
Así las cosas, ¿por qué deberíamos comer este producto, sabiendo que no es muy fácil encontrarlo (no todas las grandes superficies lo tienen) y que cuesta más del doble que una cabeza de ajos ‘normal’? Pues resulta que quizá ese precio esté justificado, a juzgar por el abanico de propiedades que atesora este ajo oscuro, por no hablar de un sabor más intenso y elegante, que recuerda al ajo cuando se deja en el horno junto a un cocido.
Veamos, sin más dilación, algunos de estos beneficios que han contribuido a su rápida expansión:
- Poder inmunológico. Si eres de catarro fácil, incorpora el ajo negro en tu dieta y verás reducida tu inversión en redoxon, clamoxiles, frenadoles y demás recetario nada simpático. Además, su poder protector incluye a bacterias y hongos, por lo que una dosis de ajo negro tiene algo de pequeña vacuna contra los agentes infecciosos.
- Contiene colágeno. Y con ello se mantienen fuertes y elásticos tejidos del cuerpo como articulaciones y músculos. El ajo negro refuerza la cantidad de proteína de colágeno en nuestro organismo, lo cual no es moco de pavo.
- Puede ayudar a prevenir el cáncer. En este asunto, la precaución informativa es la primera, porque aún no hay estudios definitivos, pero sí indicios que apuntan a su poder preventivo contra ciertos tipos de cánceres.
- Mejoran la circulación. Esto puede ser especialmente importante para aquellas personas que padecen migrañas o simples dolores de cabeza, al hacer que la sangre fluya más y mejor, y reduciendo las molestias.
- Es bueno contra el colesterol. Al regular el LDL, lo que contribuye a ‘desatascar’ las arterias.
- Aporta antioxidantes. También son necesarios para el buen funcionamiento del aparato circulatorio.
- Da energía. Al contar con potasio y vitaminas, es un complemento a tener en cuenta para empezar el día con energía, ya sea untado en una tostada o en láminas finas.
El ajo negro como viagra natural
Para muchos, es el ingrediente estrella de los últimos años. Sobre todo para ellos, ya que hay quien se refiere a él como una “viagra natural”, pues ampliaría el poder vasodilatador que el ajo común tiene ya de por sí. Podríamos decir que este es uno de los beneficios del ajo negro para el hombre.
Al contener arginina, que favorece la circulación, sería también un aliado en el camino del hombre hacia la erección, ayudando a que los vasos cavernosos se llenen y por tanto se consigan mejores relaciones sexuales.
Además, el ajo negro, al ser más suave, no genera ese mal aliento que puede ser algo repelente y no ayudar, en otro sentido, a las relaciones íntimas. El ajo negro, pues debería ir en la bandolera de todo hombre, junto con el paquete de los preservativos, ya que aumenta la libido, mejora la erección y favorece la potencia sexual.
Todo ello, entre otros compuestos, gracias a un elemento llamado allidiamin, responsable de todo ello y que se encuentra en buenas dosis en el ajo negro.
Y, además, está muy rico, tanto es así que en las recetas de Casa Emiliana, ya sea en una ensalada o en un pescado al horno, lo tenemos en cuenta. ¿Te atreves a probarlo? Seguro que merece la pena… Guiño.