La gastronomía española es variada y diversa, pero hay platos que triunfan sobre el resto. Son esas recetas de comida típica española que buscan los foráneos cuando vienen a nuestro país, sabedores de que los intentos de reproducirlas en sus países de origen siempre pinchan en hueso, por usar un símil taurino.
Porque la cocina típica española sigue siendo un valor en sí mismo, que no solo los turistas aprecian y buscan con un punto de ansiedad, sino que los locales aprecian con renovado interés, sobre todo si se emplean productos de primera calidad. Veamos algunas de esas recetas que siguen siendo las favoritas de unos y otros, y algunos trucos para que, al prepararlas en casa, consigas un resultado digno de aplauso.
Veamos qué recetas de comida española podemos considerar como un ‘debe’ (que no must).
Tortilla de patata
A la guitarra española también la llaman guitarra clásica, como a la tortilla española también la llaman de patata (¿o de patatas?). Pero la esencia sigue la misma, un plato redondo, en todos los sentidos, elaborado con muy pocos ingredientes, y nos ahorramos aquí el debate de con cebolla o sin cebolla.
Claro que, si bien la clásica es ya un éxito, incorporar nuevos elementos a la mezcla, como hacen cocineros como Rafuel en su cuenta de Instagram. Es decir, jugar con quesos, como el de Arzúa, como el de raclette, y también con verduras como el calabacín o la cebolla caramelizada. Nada de eso podrá destronar a la reina de las tortillas, la tortilla española, que gana si se hace con huevos de gallinas criadas en libertad, con la patata puesta a secar en un colador para que libere el agua, con la mezcla del huevo y la patata dejada a macerar unos veinte minutos y poco hecha, algo ‘mocosa’, al estilo Betanzos. ¡Una joya!
Gazpacho andaluz
Otro de los productos bandera de nuestro país. Si bien hay muchas variedades en torno a él, el auténtico gazpacho andaluz, ese binomio, no lleva fresas, melón, sandía ni zanahoria. Lo otro pueden ser ‘gazpachos’ entendidos como una emulsión de aliños con base de tomate, pero el gazpacho andaluz no se sale de tu sota-caballo-rey del tomate, pepino, pimiento (rojo y verde), ajo, cebolla (opcional), sal y aceite de oliva virgen extra y, por supuesto, pan.
¿Truco? Elige pan candeal, gaditano, en hogaza con sus rombos característicos. Marca la diferencia. ¡Y el toque de comino!
Paella valenciana
Otro de los productos que representan a España allende los mares es la paella, concretamente la paella valenciana. Vemos que la cocina española se estructura en torno a sus platos regionales y este plato es buen ejemplo de ello.
Declarada Bien de Interés Cultural en 2021, la paella que los valencianos consideran auténtica se elabora con carne, de pollo y de conejo, y una serie de ingredientes característicos como el ajo, pimentón, tomate, azafrán y garrofón, una especie de alubia autóctona que aporta el elemento vegetal que logra el equilibrio de sabores.
Las paellas más apreciadas se preparan en la actualidad en la playa de la Malvarrosa, en Valencia, sobre todo en aquellos restaurantes que la elaboran a leña, a la manera en que los pastores de la noche de los tiempos la preparaban, en algún refugio campo adentro.
Fabada asturiana
Otro de las recetas que construyen esa gastronomía española como una suma afortunada de distintas partes. La fabada asturiana es un plato de cuchara que goza de gran predicamento en todo el país, aunque tampoco son muchos los restaurantes que la sirven con todos los sacramentos. Parece un plato que llevase toda la vida entre nosotros, pero no es tan antiguo como pudiera pensarse, pues las primeras referencias escritas que se conocen datan del siglo XIX, aunque hay quien asegura que es una receta que se preparaba ya en el siglo XVI.
Sea como fuere, la fabada es un plato calórico que se agradece especialmente cuando el frío aprieta, y que descansa en dos elementos: las fabes y el compango, que es como se conoce al conjunto de embutidos que da ese inigualable sabor choricero a la fabada.
Marmitako
El País Vasco ha aportado y mucho a la cocina española. Y lo sigue haciendo, gracias sobre todo a su carácter pionero para conjugar la tradición con los aires renovadores de la gastronomía. Entre sus platos más característicos, el marmitako, una receta de pescadores que descansa en el bonito o atún blanco, que también se consumía y preparaba en zonas de Cantabria e incluso Asturias. Muy apreciado por el valor del pescado azul, se recomienda consumirlo en una cazuela de barro y acompañado, por ejemplo, con una buena botella de txakoli bien frío.
Cocido madrileño
No podía faltar en este donoso escrutinio de la cocina patria una mención al plato más popular de Madrid, idóneo también para el invierno, sobre todo si es viernes por la tarde y no hay que volver a la oficina. Aunque lo sirven de manera excelente en multitud de lugares en el centro de Madrid, es una receta española que se puede preparar en casa sin morir en el intento.
Requiere su paciencia y dedicación, pero no hace falta haber pasado por ninguna escuela de alta cocina para preparar el cocido madrileño. Aunque hay distintos métodos para prepararlo (hay que opta por el pollo en vez de gallina) lo que no puede faltar son unos buenos garbanzos (si son de Zamora, mejor que mejor), morcillo, tocino, huesos de ternera y cerdo, chorizo, patatas y zanahoria.
¡Que aproveche! Y recuerda que todas estas recetas, con la calidad que nos caracteriza, las puedes disfrutar en todo su esplendor en Casa Emiliana. Te esperamos a mesa puesta.