Hay vida más allá del azúcar y la sacarina. Porque la miel siempre ha estado ahí, con su capacidad edulcorante y su sabor inigualable. Son muchas las propiedades de la miel, como veremos en este artículo, un producto que, en las dosis justas, puede aportar incluso uno de los mayores tesoros: longevidad.
Y es que, en ciertas zonas de España como La Alcarria, Las Hurdes y La Hiruela, al norte de Madrid, donde el cultivo de miel artesanal tiene larga tradición, se ha detectado una reseñable longevidad de sus habitantes. Así como muchos centenarios han confesado en las entrevistas al llegar a tan elevada edad, que el yogur en su dieta les ayudó a llegar tan lejos, no son pocos los que se refieren a la miel como un ‘cómplice’ en su longevidad.
En Casa Emiliana nos encanta elaborar postres artesanales con la mejor miel. Por eso, hoy queremos hacer un homenaje a semejante manjar.
Llegarás a viejo con la miel
Ya el propio Hipócrates (el del famoso juramento hipocrático que tan bien conocen los médicos) la defendió a menudo, incluso una colmena ubicada cerca de su tumba, dice la leyenda, daba una miel con poderes curativos. Él vivió más de ochenta años y, según otras fuentes, superó el centenar.
Diversos estudios no solo defienden la miel como un producto que alarga nuestra vida, sino como uno ideal para frenar el envejecimiento prematuro. Es decir, sin ser la pócima de la ‘eterna juventud’, un consumo moderado de miel, tan cargado de nutrientes, podría ser un buen remedio anti-edad.
Combinado en la dieta con el limón o el aceite de oliva, sus beneficios a largo plazo pueden ser integrales, tanto como para retrasar el envejecimiento y permitirnos llegar a viejos en la mejor forma.
Así que destierra esos recelos anti-miel de los obsesionados por la figura y los cuadraditos abdominales, e incorpora ese meloso producto a tu alimentación. Si no te atiborras, no tienes por qué parecerte a la figura de la marca Michelin.
Otras propiedades de la miel beneficiosas para la salud son:
– Aumenta las defensas.
– Ayuda a hacer la digestión.
– Estimula la actividad cerebral.
– Sirve como sustituto natural de los azúcares refinados.
– Posee propiedades antiinflamatorias.
– Fortalece el corazón.
Elaboración de la miel
¿Cómo se consigue este dulce manjar? Sin el concurso de las abejas, no habría miel. Ellas son las responsables del 84% de la producción mundial, según la FAO, lo que quiere decir que hay miel que no hacen las abejas. ¿Y cómo es eso? Pues ahí está la miel de caña, un concentrado de la resina de la caña de azúcar que tiene un aspecto y un sabor muy parecido al de la miel de abeja. No hay insectos involucrados en la elaboración, por lo cual se puede hablar de “miel vegana”.
Por otra parte, el proceso de elaboración de la miel no deja de ser fascinante. Es un proceso lento, pausado, como un ritual de milenios que obedece a misteriosas leyes: las de la naturaleza.
Las abejas emplean un mes y medio para fabricar la miel, en una producción que se compone de muchas fases: recolección del néctar de las flores con su lengua extractiva, deposición del néctar en las colmenas y sellado de las celdas para que el líquido se vaya espesando y liberando el agua almacenada.
A fuego lento
Durante esos días, la cera de las celdas se funde con el propio néctar ‘macerado’ y va adquiriendo su particular sabor dulce. Es entonces cuando los apicultores entran en acción y recolectan la producción que, tan pacientemente, han elaborado las distintas abejas, cada una con su función perfectamente asignada.
¿Y de dónde sale la miel de romero, la miel de eucalipto, la miel de azahar? La respuesta a tan enigmática cuestión es bien sencilla. Es una decisión de los fabricantes de miel (humanos), que colocan estratégicamente las flores de su elección cuyo néctar las abejas recolectarán posteriormente. Son muchas, hasta dos decenas, las variedades de miel que puedes encontrar en el mercado. Además de las clásicas, también se comercializa miel de acacia, miel de alforfón, miel de salvia, miel de lavanda…
Y recuerda que puedes tomar la miel directamente o combinarla en un sinfín de recetas, tanto dulces como saladas, para lograr un plato redondo, como los que disfrutan los comensales que visitan Casa Emiliana.