El origen del vermut es mucho más lejano de lo que puedas imaginar. Aunque se trata de un vino muy asociado al momento del aperitivo español, lo cierto es que su origen se remonta a la antigua Grecia. El filósofo Hipócrates fue el primero (que sepamos) que comenzó a macerar ciertas flores en vino, lo que se considera como el antecesor de esta bebida.
Sin embargo, la comercialización masiva del vermut comenzó en Italia a finales del siglo XIX, llegando poco tiempo después a España.
La cuna española del vermut está un poco disputada, porque varias son las localidades que aseguran haberlo introducido en nuestro país. Por una parte, está la ciudad catalana de Reus, que comercializó el primero, con la marca Punt e Mes, en el año 1870. Por otra parte, también en esa época, la bodega onubense Melquiádes Saenz ya destilaba vermut.
En cualquier caso, no hay duda de que esta bebida caló de lleno y se integró en la cultura de nuestro país, de norte a sur. De hecho, se realizan todo tipo de eventos relacionadas con ella, como es el caso de Madrid Vadevermut 2019, una feria internacional del vermut y el aperitivo.
Tipos y características de vermut
El vermut cogió un gran impulso en España en 1881 gracias a que el gobierno de entonces estableció fuertes aranceles para los productos extranjeros, con el objetivo de aumentar las ventas nacionales. Esto hizo que las marcas de vermut españolas ganaran terreno a las extranjeras.
Hoy en día hallarás dos tipos de vermut en el mercado: el rojo y el blanco. La base de ambos es la misma, están elaborados con azúcar, alcohol, vino blanco y extractos de hierbas.
La diferencia radica en los botánicos que se añaden a esta mezcla base. Así, en el rojo hay más ajenjo, lo que le confiere un sabor más dulce. Se trata de una hierba aromática y medicinal asociada a capacidades curativas. A su vez, los expertos afirman que este vermut tiene matices a especias mediterráneas aromáticas.
Por otro lado, el vermut blanco que tiene un sabor más suave, está elaborado con cítricos, y seguramente te resultará menos amargo que el rojo. Ambos combinan bien con otras bebidas. Por ejemplo, puedes probar el rojo con whisky o ginger ale, y el blanco con tónica y ginebra. Para adornar la copa, sirve el vermut rojo con piel de naranja o pomelo y el blanco con una aceituna o con un trozo de manzana verde.
Marcas de vermut en España
Muchas bodegas han apostado por esta bebida en nuestro país, y las marcas de vermut se reparten a lo largo y ancho de nuestra geografía. No obstante, aquí tienes algunos de los mejores vermuts de España, según los expertos.
Vermut catalán con color teja brillante. Al olfato, este caldo recuerda a la madera pero con ciertos toques frescos, herbales y a bosque frondoso. En cuanto a su sabor, tiene mucho carácter y es equilibrado, además permanece mucho tiempo en boca.
Esta bodega mantiene 14 meses su vermut en barricas de roble para lograr un mayor añejamiento. Si lo pruebas, apreciarás cierto aroma a pasas, cereza y chocolate y, por supuesto, a aromas de barrica. En cuanto a su sabor, es muy equilibrado, sedoso y con un principio dulce que culmina con un final ligeramente amargo.
Vermut rojo que se caracteriza por ser muy aterciopelado y agradable al paladar, el sabor recuerda a la fruta madura con toques de especias, hierbas y sabor a madera. Tiene un año de crianza en barricas de roble, lo que deriva en una bebida con mucho cuerpo. Se puede tomar con el aperitivo o añadir a guisos de carne.
- La Copa
Esta marca jerezana presume de fabricar vermut con la receta original que utilizaban en el siglo XIX y que aún conservan en el archivo histórico de la bodega. La marca atesora mucha historia y utilizan vinos Pedro Ximénez de más de ocho años como base de su vermut. Lo combinan con botánicos como piel de naranja, angélica, nuez moscada o ajenjo.
Vermut rojo, elaborado de forma tradicional que se diferencia por su equilibrio, aroma y por mantener altos estándares de calidad. Está hecho con una mezcla de plantas aromáticas, diferentes hierbas y vinos de calidad.
Como ves, el vermut entró con mucha fuerza en la cultura “de calle” de España, y la tradición de regar con ellos el aperitivo o las tapas de media mañana ha dejado paso a su conversión en una bebida gourmet. De hecho, muchas bodegas se están dedicando a ofrecer vermuts fabricados con mucho mimo para que, no solo resulte el acompañante idóneo del ocio de los españoles, sino que también se mantenga ese buen recuerdo en sus paladares.