La palabra más larga del mundo es arroz, ya que empieza por la a y acaba por la zeta. Valga este chiste arrocero para ilustrar las muchas posibilidades de este cereal tan apreciado por la cultura asiática, pero que forma parte también de nuestra tradición gastronómica más querida.
Tras unos primeros cultivos en China, hace unos diez mil años, el arroz llega a Europa en torno al año 800 A.C. En comparación con alimentos de llegada mucho más posterior, como el tomate o la patata, podemos decir que el arroz “lleva toda la vida” con nosotros. Además, sus propiedades beneficiosas para el organismo, así como el hecho de ser una comida favorable para lidiar con ciertas enfermedades y dolencias, lo ha convertido en una plato fundamental en todas las culturas.
Pero veamos, más en detalles, cuáles son esas propiedades beneficiosas del arroz:
- Rico en nutrientes. El arroz es una excelente fuente de nutrientes esenciales como carbohidratos, proteínas, vitaminas del grupo B, hierro y calcio. Es decir, incluirlo en la dieta nos ayudará a mantener altos los distintos niveles que muestran la salud y dejan tranquilos a los médicos tras las analíticas. Y, por si fuera poco, barato. En un momento en que ciertos alimentos básicos se han disparado, un arroz, con un caldo de pollo, algo de verdura y algunas “cosas” con proteínas (un poco de chistorra, por ejemplo) te bastará para tener un plato completo.
- Buena fuente de energía. Al ser una rica fuente de carbohidratos complejos, el arroz proporciona energía de liberación lenta y sostenida, lo que lo convierte en un alimento ideal para mantener niveles estables de energía durante largos períodos. Si te gusta el deporte, comerlo horas antes de practicar una actividad exigente te garantizará disfrutar del mismo lejos de pájaras y desfallecimientos.
- Fácil de digerir. El arroz es un alimento suave para el sistema digestivo y a menudo se recomienda para personas con problemas estomacales o intestinales. Si pasas por una colitis, gastroenteritis y demás infecciones del sistema digestivo, una dieta de arroz blanco con un poco de limón y mantequilla será mano de santo.
- Sin gluten. El arroz es naturalmente libre de gluten, lo que lo convierte en una excelente opción para personas con celíacas o que no toleran del todo el gluten. A diferencia de la pasta, los celíacos pueden disfrutar del arroz sin censura.
- Bueno para el corazón. Algunos tipos de arroz integral contienen altos niveles de fibra y nutrientes que pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y regular los niveles de colesterol.
¿El arroz engorda?
Si buscas una respuesta rápida, sería: compra arroz integral. Porque tiene un nivel glucémico más bajo, ya que conserva (de ahí lo de integral) la capa de salvado y germen, por lo que se hace más indicado en dietas de adelgazamiento o para aquellos que quieran mantener a raya la báscula.
Por lo demás, el arroz es un tipo de carbohidrato que engordará más o menos en función de las cantidades que ingiramos y, sobre todo, de con qué lo acompañemos. No es lo mismo un arroz blanco para acompañar una pechuga a la plancha, que un risotto cargado de mantequilla, queso gorgonzola, vino blanco y panceta. Dicho esto, esta última receta está para chuparse los dedos y, si la ocasión lo merece, será bienvenido. Al menos, en las mesas de Casa Emiliana, donde somos amigos de los buenos arroces de todos los orígenes.
Ahí están dos de nuestras especialidades que más celebran nuestros comensales, como el arroz caldoso con bogavante o el arroz con boletus y parmesano. ¿Te vienes a probarlos? Te encantará nuestro menú especial de fin de semana.
Te esperamos a mesa puesta en Casa Emiliana, tu restaurante familiar o de comidas de trabajo en el norte de Madrid.